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La verdad es que repugna escuchar al Portavoz del Grupo Popular del Congreso, Rafael Hernando, afirmar sin inmutarse, que a Juan Carlos Monedero, le pagan, no por trabajar, sino por encontrarse al servicio de las repúblicas bolivarianas y del chavismo.

Aquí, ya dejamos claro cuáles han sido a nuestro juicio los errores del profesor Monedero en su ya famosa regularización fiscal, pero no es posible transigir con la actitud de un abrupto portavoz como es el señor Hernando.

Y no es posible transigir por dos motivos evidentes. El primero, esa mezcla de ignorancia y mala fe que destilan palabras como “repúblicas bolivarianas” o “chavismo” que él entiende como descalificadoras y a las que atribuye la representatividad de todos los males de la humanidad.

Denota ignorancia porque esas repúblicas hoy para él “bolivarianas” son, además de democráticas y con dirigentes elegidos por sus pueblos, el contrapunto y la superación de lo que, antes de convertirse en este horror, eran repúblicas bananeras, bajo el control de una oligarquía apoyada por gobiernos extranjeros, que se dedicaron durante décadas al saqueo de los recursos públicos, a la explotación de las capas más desfavorecidas de sus países, al pisoteo de los derechos humanos y a amasar enormes fortunas que depositaban en convenientes paraísos fiscales.

Seguramente, el señor Hernando se siente más próximo a esas ejemplares repúblicas y a los salteadores de caminos que colocaban las potencias “colonizadoras” para hacerles el trabajo sucio.

Sin duda es así, dada la facilidad que ha demostrado su partido en conseguir que el dinero fluya con facilidad, pero quizás debería Don Rafael disimular un poco y que no se le notara tanto, porque con tanto ardor guerrero que pone en la faena, se le notan demasiado las querencias.

Y el segundo motivo, que bien podíamos definir como el “apártate que me tiznas” de la sartén al cazo, viene dado por el sarcasmo que suponen las acusaciones de servilismo en boca de uno de los más aguerridos chambelanes del “merkelismo”.

Por desgracia para Hernando, está demasiado reciente en la retina y en los oídos de este país la actitud de mamporrero protagonizada por el ex directivo de Lehman Brothers, el ínclito Guindos, al frente de las huestes que intentaban asolar a los rebeldes griegos, por delante del general Schäuble, convertido en una mezcla de Savonarola y el Doctor Strangelove.

Claro que, a lo mejor, no estamos únicamente ante un caso de ignorancia o servilismo, sino ante un ataque de pánico que, como se sabe, descontrola mucho.

Va a ser eso.

Juan Santiago