La designación de los tres Oscos como Pueblo Ejemplar de Asturias es un claro ejemplo de solidaridad, eficiencia y seriedad frente al abandono y la falta de recursos

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El ejemplo que nos dan los Oscos

Ya en el mes de Enero publicamos Los Oscos, territorio ejemplar donde nos felicitábamos por la iniciativa conjunta puesta en marcha por los alcaldes de San Martín, Santa Eulalia y Villanueva con el objeto de proponer al conjunto de sus tres concejos como candidato a la distinción de Pueblo Ejemplar de Asturias.

Decíamos entonces que este territorio no necesita lecciones de eficiencia sino una distribución justa de los recursos que son imprescindibles para la supervivencia de sus gentes.

Y repetimos hoy, cuando es un hecho la designación como Pueblo Ejemplar de esa especie de Comunidad del Anillo, que nadie mejor que aquellos que conviven día a día con sus vecinos, para conocer y dar solución a los enormes problemas que padecen y que están conduciendo a estas tierras a convertirse en un auténtico desierto social.

La petición y posterior designación ponen de manifiesto, a mi juicio, dos cosas: una, la capacidad de innovación. La osadía de explorar caminos nunca usados para tratar de dar un aldabonazo que ponga el nombre común de Oscos como una marca territorial importante en los medios y en el conocimiento de la gente.

El problema no es de diagnóstico sino de disponibilidad y movilización de recursos

Y, otra, la demostración de que se puede ser solidario, eficiente y serio sin necesidad de experimentos en el laboratorio de los burócratas.

Me vienen ahora a la memoria unas palabras que están contenidas en el Avance para la Revisión de las Directrices Regionales de Ordenación del Territorio y que son la clave de lo que sucede en estas tierras:

“El problema no es de diagnóstico ni de definición de las políticas y acciones necesarias, sino de disponibilidad y movilización de los recursos imprescindibles”

O lo que es lo mismo: sabemos la magnitud de nuestros problemas, sabemos cuáles son nuestras necesidades, pero, si quien tiene la posibilidad de hacerlo no allega los recursos para poner en marcha acciones que traten de cerrar la brecha, nada será posible.

Porque, además, y éste es el ejemplo que se deriva de la acción conjunta de los tres Oscos, somos capaces de hacerlo. Somos gente sensata y solidaria capaz de imaginar y unir las manos. Esta es una tierra que sabe cómo hacer el trabajo pero que necesita herramientas que, hoy por hoy, nadie pone a su alcance.

Yo, personalmente, me alegro profundamente de que Javier, Marcos y José Antonio hayan podido sacar adelante su propuesta y estoy seguro de que las celebraciones serán un éxito. Sobre todo, porque lo merecen.

El problema es que me queda una duda. Me queda la duda de qué pasará el día después, cuando el ejemplo que ellos han dado sólo sea un recuerdo y unos titulares de prensa. Me queda la duda de si seguiremos en la fase de diagnóstico o si, de una vez por todas, a alguien se le ocurrirá empezar el tratamiento.

Juan Santiago