Cuentan de una abnegada madre que un día, preocupada por cuál había de ser el futuro de su vástago, preguntó a éste:
– Alipio(*), hijo, ¿tú que quieres ser de mayor?
A lo que el niño, que era un poco repipi, contestó:
– Madre, cuando sea un hombre recto y de provecho, voy a ser Coordinador de Organización de un partido político que defienda las esencias de la patria.
– ¿Y eso por qué, mi querido Alipín?
– Madre, no se cosca usted de nada (Alipio siempre trataba de usted a su santa madre). Si eres Coordinador de Organización de ese partido te sueltan todos los meses “by the face” (el niño dominaba idiomas) la bonita suma de seiscientas mil pelas, que luego trasladarán a euros. Teniendo en cuenta que, además, te promueven para que seas diputado en Cortes, a las seiscientas mil pelas habrás de sumar el sueldo de dicho puesto que también te paga el estado. Gracias a esa bonita jugada redondeas una cifra más que interesante que supera la mágica cifra del millón al mes.
La madre escuchaba embelesada a su tierno querubín que apostilló a continuación
– Además, en ese partido tienen una especie de Consorcio de Compensación de Seguros que da una gran tranquilidad porque si, por ventura, tienes algún gasto extraordinario o, Dios no lo permita, te ocurre alguna desgracia, aparece un señor que te presta la manteca sin incómodos intereses ni plazos perentorios. No como esos malvados aunque necesarios banqueros.
– Pero, entonces, eso de Coordinador de Organización debe ser una tarea ardua, pesada y de mucha responsabilidad, hijo de mi vida.
– La verdad, madre querida, es que no se en qué consiste, pero tampoco tiene pinta de ser muy cansado. Además, la situación tiene una gran ventaja que a todos conviene: Se considera lícito, socialmente aceptable y, sobre todo, NORMAL.
A la madre le salió la vena populachera:
– ¡Hay que joderse! Lo listo que me ha salido.
Leopoldo Buiza
(*) Nota del autor: El nombre es debido a que el abuelo, oriundo del campo charro, era muy partidario de los toros de los Pérez Tabernero.