El Consejo de Alcaldes y la Asturias vacía
18 jueves Ene 2018
Escrito por Juan Santiago * Opinión, La reforma local, Ecos radio, Occidente de Asturias
Etiquetas
Adrián Barbón, Asturias, administración local, ayuntamiento, despoblamiento, plan demográfico, politica, psoe
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Los socialistas asturianos constituyen el Consejo de Alcaldes y Portavoces. Un órgano consultivo en materia de municipalismo que debería trabajar también en la puesta en marcha del Plan Demográfico
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Puedes escuchar el contenido de este artículo a través del playerEl pasado día 15 la Federación Socialista Asturiana constituyó el Consejo de Alcaldes y Portavoces como órgano consultivo del Partido en temas relacionados con el municipalismo.
Empezaré diciendo que la constitución en sí de este órgano me parece una decisión más que oportuna en unos momentos en los que la autonomía municipal y la misma supervivencia del modelo de ayuntamientos que hemos disfrutado en los últimos cuarenta años está ya no en cuestión sino en peligro como consecuencia de las políticas ultraliberales del Partido Popular que han llevado a la práctica intervención de los ayuntamientos democráticos.
Un acto de contenido político
Por eso, me pareció muy positivo que en un acto de profundo contenido político, en el sentido más estricto del término, se apelara a la necesidad real de confrontar y acabar con ese modelo insolidario e injusto que obliga a los ayuntamientos a inflar la caja de los bancos en detrimento de los servicios por los que sus ciudadanos han contribuido.
O insistir una vez más (ya no se cuántos años llevamos haciéndolo) en la necesidad de una financiación justa de los ayuntamientos que los reconozca como la parte básica del estado que son.
Un acto que sirvió, además, para poner otra vez de manifiesto la nueva cara del socialismo asturiano y para mostrar las condiciones de liderazgo de la nueva dirección en un tema tan central de la política diaria.
El problema demográfico
Sin embargo, eché en falta en las intervenciones tanto del Secretario de Política Municipal como del Secretario General o del Presidente del nuevo Consejo una referencia al problema básico del territorio en el que los ayuntamientos deben ser la pieza clave. Me refiero, lógicamente, al problema demográfico.
Publicaba el otro día Arsenio Escolar en el diario.es un artículo que resume de una manera extraordinaria la importancia de un problema, el de la España vacía, que ya es, casi, un lugar común. Recomiendo vivamente su lectura y, por tanto, no lo destriparé, pero voy a tomar prestados dos párrafos.
En uno se pone de manifiesto que, según un informe de la FEMP de enero de 2017, más de 4.000 de los municipios españoles -es decir, la mitad del total que tenemos- se encontraban en esa fecha “en riesgo muy alto, alto o moderado de extinción”, es decir de desaparición.
En el otro, se da cuenta de que la comisión de despoblación de la propia FEMP está compuesta por concejales, alcaldes y presidentes de Diputación. O, lo que es lo mismo, que residencia el estudio y la propuesta de soluciones en quienes ostentan el poder local, como es el caso de nuestro Consejo de Alcaldes recién constituido.
Tenemos un Plan
Sobre todo, porque en Asturias, y gracias al Gobierno socialista, está sobre la mesa el documento más concreto y más avanzado que se ha ofrecido como propuesta para avanzar en las soluciones al problema. Me refiero al Plan Demográfico.
Ya sé que no soy quién para hacer propuestas de tipo político, pero entiendo que, como tarea prioritaria de ese órgano consultivo, se debería situar un trabajo de los regidores de esos municipios con peligro cierto de desaparecer para que, a partir del Plan Demográfico, aporten las soluciones que puedan ser válidas para sus territorios.
Nadie mejor que ellos, sus compañeros y sus vecinos para ser la fuerza que impulse la tan difícil solución.
Porque nos podemos encontrar con que cuando suene la flauta y haya nueva financiación local (si es que la llega a haber), el vacío se haya apoderado de nuestros pueblos y ya no haya sobre qué aplicarla.
No vaya a ser que, al final, desaparezcan los municipios y el dinero se lo queden los bancos.
Sólo faltaría.