elpidioLa verdad es que este país no deja de sorprender.

Si algo nos faltaba era asistir a la declaración de un juez amenazando con tirar de la manta y contar lo que sabe. La frase textual de Don Elpidio José Silva, después de referirse a posibles manejos en Caja Madrid y a la implicación en ellos de un buen número de personas relevantes, ha sido: «Yo considero que no es el momento [de contarlos]. Ahora, a partir de ahora, cualquier momento puede ser el momento.»

Vamos a ver, Don Elpidio, que es usted Juez.

los jueces no tienen mantas de las que tirar
Vamos a ver, señoría, mírese bien y tenga en cuenta que quien está afirmando la existencia a lo largo de los últimos quince años de un concierto de voluntades tendente a apropiarse, presuntamente, de fondos de una entidad de crédito es, nada menos que un juez, usted mismo.

Señoría, los jueces no tienen mantas de las que tirar ni pueden aducir razones de oportunidad  para llevar a cabo las oportunas actuaciones que tiendan a la averiguación y posterior enjuiciamiento de conductas ilícitas. Y a usted no hace falta decirle cuáles han de ser esas actuaciones.

Porque, a partir de ahora, trate usted de exigir al resto de los ciudadanos que cumplan con la obligación de denuncia que le imponen las leyes. Le contestarán, y con razón, que no es el momento, que ya decidirán cuándo el momento puede ser el momento. Más o menos como su señoría.

Si usted conoce, como parece indicar, conductas ilícitas cometidas por personas concretas, no es usted quién para arrogarse una paternal protección a la ciudadanía ni a un supuesto sistema que no soportaría el impacto de sus revelaciones.

No, señoría, no tome por menores de edad a los ciudadanos de este país y cumpla con su obligación.

Todos podemos entender que ha sido sometido a una dura prueba y usted mismo ha podido constatar que muchos de esos ciudadanos le han mostrado su solidaridad y le han respaldado tras haber tomado decisiones complicadas que afectaban a elementos muy visibles del poder financiero real, pero, lamentablemente, eso no le da patente de corso para administrar en clave personal las exigencias de la justicia ni el derecho de los ciudadanos de este país a conocer la verdad.

Lo siento mucho, Don Elpidio, pero es usted Juez y no le queda más remedio que demostrarlo.

Juan Santiago